Que idea mas ridícula el pensar que sois felices en un trozo de terreno, con algo que comer, un poco de agua y una palmada en el lomo de vez en cuando.
Ahora tus ojos brillan, sintiéndote parte de un hogar, de una familia, durmiendo en un mullido colchón a los pies de la cama de los que velan por tus sueños y compartirán paseos, risas y juegos. ¡Ojala! algún día todos los “pequeñines” como Krakent pudieran sentirse realmente especiales y protagonistas de una historia con final feliz.
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1 comentario:
enhorabuena!!
eso mismo digo yo, está claro que un perro grande tiene distintas necesidades que un perro bolsillo. pero están mejor en una casa, ya que son animales muy sociables y si los dejan en un terreno todo el día sólos, sin nada que hacer...no son felices...
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